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Luego del gran impulso inicial que tuvo la investigación por el shock que el homicidio causó en la opinión pública, el caso por el asesinato de Candela Sol Rodríguez, 11 años, parece desinflarse. Esto a pesar de que se arrestó a los presuntos autores intelectual y material del hecho, a quienes al parecer hicieron de grupo de apoyo y a aquellas personas que se encargaron de cuidar y alimentar a la víctima mientras ésta fue mantenida en cautiverio. Pero a pesar de esto ni la Justicia de Morón ni la Policía Bonaerense aún pudieron determinar cuál fue el motivo que desembocó en el crimen de la menor. Para colmo hay dudas de cómo se llevó a cabo la etapa de instrucción del expediente, que como otros varios casos se mueve bajo la sombra de pruebas plantadas y testigos con declaraciones dudosas. Algo que no hizo más que generar todo tipo de pedidos de nulidad de lo actuado por parte de los abogados defensores. Y ni siquiera la familia de la propia Candela logra ponerse de acuerdo para avalar el accionar de los pesquisas. El grado de desconcierto es tal que por un lado Carola Labrador, madre de Candela, pasa de afirmar en público que no está segura de que los arrestados sean culpables a, con el mismo tono, darle un apoyo total a lo investigado. Mientras que por otra parte el abogado Carlos Telleldín (representante del padre de la nena, “Juancho” Rodríguez) declaró que le consta que Carola “está apretada” por su letrado (Fernando Burlando) y por el fiscal Marcelo Tavolaro, para “que no levante olas”. Este devenir permanente ya provocó que el 1° de febrero pasado los abogados Marcelo Mazzeo y Rodrigo González (quienes defienden a dos de los ocho imputados) le solicitaran en forma oficial a la Justicia que investigue esas supuestas coacciones y proteja a Carola. Por su parte, una alta fuente de los Tribunales de Morón, donde se tramitan las más de 8.000 fojas que componen el expediente, le aseguró al diario Clarín que “a esta causa no hay cómo entrarle. No hay un sólo testimonio, ni uno, que sea creíble o desinteresado. Es una cosa pocas veces vista”. Además, el hecho de que la mitad de los ocho imputados haya logrado resoluciones favorables para abandonar la prisión (gracias a morigeraciones o excarcelaciones extraordinarias) fue un duro golpe para quienes sostienen la versión oficial del homicidio.
Luego del gran impulso inicial que tuvo la investigación por el shock que el homicidio causó en la opinión pública, el caso por el asesinato de Candela Sol Rodríguez, 11 años, parece desinflarse. Esto a pesar de que se arrestó a los presuntos autores intelectual y material del hecho, a quienes al parecer hicieron de grupo de apoyo y a aquellas personas que se encargaron de cuidar y alimentar a la víctima mientras ésta fue mantenida en cautiverio. Pero a pesar de esto ni la Justicia de Morón ni la Policía Bonaerense aún pudieron determinar cuál fue el motivo que desembocó en el crimen de la menor. Para colmo hay dudas de cómo se llevó a cabo la etapa de instrucción del expediente, que como otros varios casos se mueve bajo la sombra de pruebas plantadas y testigos con declaraciones dudosas. Algo que no hizo más que generar todo tipo de pedidos de nulidad de lo actuado por parte de los abogados defensores. Y ni siquiera la familia de la propia Candela logra ponerse de acuerdo para avalar el accionar de los pesquisas. El grado de desconcierto es tal que por un lado Carola Labrador, madre de Candela, pasa de afirmar en público que no está segura de que los arrestados sean culpables a, con el mismo tono, darle un apoyo total a lo investigado. Mientras que por otra parte el abogado Carlos Telleldín (representante del padre de la nena, “Juancho” Rodríguez) declaró que le consta que Carola “está apretada” por su letrado (Fernando Burlando) y por el fiscal Marcelo Tavolaro, para “que no levante olas”. Este devenir permanente ya provocó que el 1° de febrero pasado los abogados Marcelo Mazzeo y Rodrigo González (quienes defienden a dos de los ocho imputados) le solicitaran en forma oficial a la Justicia que investigue esas supuestas coacciones y proteja a Carola. Por su parte, una alta fuente de los Tribunales de Morón, donde se tramitan las más de 8.000 fojas que componen el expediente, le aseguró al diario Clarín que “a esta causa no hay cómo entrarle. No hay un sólo testimonio, ni uno, que sea creíble o desinteresado. Es una cosa pocas veces vista”. Además, el hecho de que la mitad de los ocho imputados haya logrado resoluciones favorables para abandonar la prisión (gracias a morigeraciones o excarcelaciones extraordinarias) fue un duro golpe para quienes sostienen la versión oficial del homicidio.