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RICARDO CHAMORRO.Alberto Crescenti, titular del SAME, describió así el desgarrador escenario que encontró cuando llegó para asistir a los heridos por el choque en Once. "Tuvimos que pedir vaselina y aceite para poder sacar los cuerpos atrapados", lamentó por Radio 10 Crédito foto: Charly Diaz Azcué"Cuando nosotros arribamos al lugar nos encontramos con el equipo de trabajo, con muchos heridos sobre las dos plataformas en el hall de entrada. Ahí, el primer paneo visual nos permitió determinar los colores para la evacuación, quién era rojo, amarillo o verde". Así relataba Crescenti los primeros minutos tras el arribo de su equipo a la estación ferroviaria de Once, escenario de la tragedia en la que murieron 50 personas por el impacto de un tren de la Línea Sarmiento contra una valla parachoques. "Una vez que paliamos esa situación y nos aseguramos de que no corrían peligro sus vidas, nos dedicamos con Bomberos de Policía Federal, con Defensa Civil y el equipo del SAME, a cada vagón. Eran más de 140 personas apretadas, un vagón adentro de otro. Costó dos horas y media tratar de desengancharlas. Fue un momento angustioso para nosotros, porque parecía casi imposible poder liberarlas", contó el rescatista en Radio 10. Y añadió: "Después de que pudimos liberar a tres o cuatro personas el resto comenzó a desprenderse". El impacto fue mayor en la unión entre el primer y el segundo vagón, donde el personal de rescate acudió urgentemente. Allí se encontraron con las peores imágenes. "Los que murieron, murieron en el acto", aseguró el titular del SAME. En cuanto a los heridos, Crescenti indicó que muchos pasajeros presentaban fracturas expuestas y amputaciones. Los cuerpos estaban tan aprisionados que el equipo de rescate debió pedir vaselina y aceite para que resbalen y poder sacarlos.
