Las elecciones municipales de Santiago del Estero revelaron las dos caras de la “tercera vía” que quiere instalar Mauricio Macri en el interior para sostener su candidatura presidencial.
El mejor ejemplo de ello es que anoche en el PRO estaban exultantes al mismo tiempo que preocupados.
Por un lado, festejaron el importante segundo puesto que obtuvieron los candidatos macristas en la capital santiagueña. En su primera elección en Santiago, el PRO sacó 13 puntos y no sólo metió dos concejales –más que el resto de la oposición- sino que dejó sexta a la lista del Frente Renovador.
“Massa sigue apostando a lo viejo mientras nosotros aún en los lugares difíciles decidimos ir por lo nuevo”, señalaron a LPO desde el PRO, en referencia al triunfo del Frente Renovador en La Banda, en donde ganó el candidato del actual intendente Héctor “Chabay” Ruiz, un ex kirchnerista que saltó a las filas de Massa.
En ese sentido, en el macrismo destacaron que los flamantes concejales Rodrigo Posse y “Gachy” Orbuj tienen entre 30 y 40 años y jamás ocuparon ningún cargo público. El PRO además metió concejales en pueblos del interior santiagueño como Bandera y Juries.
Por estos motivos Macri llamó a la noche a los armadores de la campaña del PRO en el NOA, a cargo de Pablo Walter, para felicitarlos y pedirles que continuaran armando la “tercera vía”.
Derecho de piso
Pero por otro lado, el PRO padeció la falta de experiencia en terrenos dominados por caudillos kirchneristas, lo que generó temor en un sector del macrismo a que la situación vivida en Santiago se replique en las presidenciales y perjudique la candidatura de Macri.
“En Santiago hace 2 meses no existíamos y ayer no sacamos más porque nos hicieron de todo”, reconocieron a LPO desde el PRO, en referencia a la avivada del kirchnerista Gerardo Zamora, que mandó Gendarmería a echar a unos 100 fiscales del PRO de las escuelas porque no eran santiagueños e incluso hizo que demoraran a algunos en la comisaría.
Uno de los principales conflictos que asoman en el PRO es la inexperiencia en fiscalizar las elecciones afuera del territorio porteño, y de hecho todavía hay quienes recuerdan que Miguel del Sel no llegó a la gobernación de Santa Fe en 2011 por falta de estructura.
Por la falta de una estructura como la que tienen el peronismo y el radicalismo en las provincias, ayer el PRO debió recurrir justamente a las agrupaciones juveniles porteñas, que viajaron desde la Ciudad a ayudar con la fiscalización, pero se toparon con el aparato de Zamora.
En el segundo piso de Bolívar 1 más de una vez se escuchó decir que comprarían todos los fiscales y que a lo sumo por no tener aceitada esta estructura podían perder 5 puntos a nivel nacional. Pero dentro del armado del PRO hay voces que dicen lo contrario.
“Así como no podemos comprar fiscales, tampoco se pueden trasladar desde la Capital hacia cualquier elección del interior porque no conocen los territorios que están fiscalizando y tampoco las prácticas de cada uno de ellos”, sintetizó a LPO una fuente macrista, que advirtió que lógicamente la estructura porteña del PRO tampoco podría tolerar a toda la elección nacional de octubre de 2015.
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