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Más de 50 millones de personas por año contraen el virus del dengue por picaduras de mosquitos infectados en áreas tropicales y subtropicales, incluso el sudeste de Asia. Puede causar fiebre debilitante, jaquecas severas y dolor en los músculos y las articulaciones, y desembocar en una complicación fatal. No hay vacuna ni tratamiento específico.
Algunos científicos trataron de combatir el dengue limitando la población de mosquitos. Ése fue el objetivo de soltar mosquitos modificados genéticamente en algunos sitios en Malasia y las Islas Caimán.
Los científicos australianos asumieron un enfoque diferente, según informaron en la edición del jueves de la revista Nature.
En primer lugar, demostraron que el mosquito Aedes aegypti, principal portador del virus del dengue, resiste la propagación del virus si es infectado con un tipo particular de bacteria.
Después probaron si estos mosquitos resistentes podían desplazar a los mosquitos ordinarios reduciendo el número de los propagadores del dengue.
Los mosquitos resistentes tienen una ventaja en la reproducción. Las hembras resistentes pueden acoplarse con mosquitos resistentes u ordinarios y toda su descendencia será resistente, pero cuando las hembras ordinarias se acoplan a un macho resistente no sobrevive ningún descendiente.
En su experimento, los científicos liberaron más de 140.000 mosquitos resistentes durante más de 10 semanas en dos comunidades aisladas cerca de Cairns, en el nordeste de Australia, a partir de enero. A mediados de abril se halló que los mosquitos resistentes componían del 90% al 100% de la población silvestre.
El resultado es un primer paso promisorio, comentó Jason Rasgon, de la Escuela de Salud Pública Johns Hopkins Bloomberg en Baltimore, en un comentario que acompaña el informe.
Rasgon, quien no participó en el estudio, dijo que el próximo objetivo sería poner a prueba el concepto en áreas donde el dengue se propaga constantemente, en vez de Australia, donde es esporádico. Los investigadores también deberán demostrar que funciona contra distintas cepas del virus del dengue, agregó.
Un grupo de científicos australianos logró progresos prometedores para controlar la fiebre del dengue, una enfermedad tropical transmitida por mosquitos: Han reemplazado los insectos comunes por mosquitos modificados que no pueden propagar el virus del dengue.
Más de 50 millones de personas por año contraen el virus del dengue por picaduras de mosquitos infectados en áreas tropicales y subtropicales, incluso el sudeste de Asia. Puede causar fiebre debilitante, jaquecas severas y dolor en los músculos y las articulaciones, y desembocar en una complicación fatal. No hay vacuna ni tratamiento específico.
Algunos científicos trataron de combatir el dengue limitando la población de mosquitos. Ése fue el objetivo de soltar mosquitos modificados genéticamente en algunos sitios en Malasia y las Islas Caimán.
Los científicos australianos asumieron un enfoque diferente, según informaron en la edición del jueves de la revista Nature.
En primer lugar, demostraron que el mosquito Aedes aegypti, principal portador del virus del dengue, resiste la propagación del virus si es infectado con un tipo particular de bacteria.
Después probaron si estos mosquitos resistentes podían desplazar a los mosquitos ordinarios reduciendo el número de los propagadores del dengue.
Los mosquitos resistentes tienen una ventaja en la reproducción. Las hembras resistentes pueden acoplarse con mosquitos resistentes u ordinarios y toda su descendencia será resistente, pero cuando las hembras ordinarias se acoplan a un macho resistente no sobrevive ningún descendiente.
En su experimento, los científicos liberaron más de 140.000 mosquitos resistentes durante más de 10 semanas en dos comunidades aisladas cerca de Cairns, en el nordeste de Australia, a partir de enero. A mediados de abril se halló que los mosquitos resistentes componían del 90% al 100% de la población silvestre.
El resultado es un primer paso promisorio, comentó Jason Rasgon, de la Escuela de Salud Pública Johns Hopkins Bloomberg en Baltimore, en un comentario que acompaña el informe.
Rasgon, quien no participó en el estudio, dijo que el próximo objetivo sería poner a prueba el concepto en áreas donde el dengue se propaga constantemente, en vez de Australia, donde es esporádico. Los investigadores también deberán demostrar que funciona contra distintas cepas del virus del dengue, agregó.