Por Daniel Caram
Santa Fe: Lo que quisieron ocultar
Lapidarios datos sucumbían el domingo los ánimos socialistas en el Centro de Convenciones Juan Domingo Perón del Patio de la Madera, elegido como sede del Frente Progresista Cívico y Social que encabezaba el ahora gobernador electo Antonio Bonfatti. Hasta bien entrada la tarde, el frío del temor invadía los cuerpos de los ‘binneristas’. La intromisión de Miguel del Sel terminó por lapidar la descendiente fortaleza de Binner y compañía, años atrás celosos custodios del intocable crecimiento santafesino.
Pero sumado al accionar del ‘Midachi’, el común análisis político debe extender los números al crudo final de los porcentajes: 38,74 para Bonfatti; Miguel del Sel 35,17%, Rossi 22,24%, Otros 1,43%. La suma es contundente: el 58,84% (o sea casi el 60%) no votó al socialismo santafesino, que se ilusiona con la llegada del inocuo Hermes a la Rosada.
Ya lo dijimos en ésta misma columna días atrás cuando separábamos estrictamente el escenario electoral santafesino. La particular postura del nacido en la vecina provincia nos lleva descartar cualquier intromisión de un voto cautivo o inducido. Se vota al que corresponde. Y listo.
El socialismo, en ese esquema, ha logrado quebrar la dualidad política nacional con un mensaje que había enamorado a la mayoría de la gente. Hoy, la crudeza de los porcentajes es contundente, y la ilusoria intensión de Binner debería trasladarse a una realidad que a veces parece reacia a aceptarse por políticos y encuestadores.
Es complicado que éste análisis tenga la real dimensión del mensaje, habida cuenta de los gigantes comunicacionales que se encargaron más de hundir al ‘bueno’ de Rossi que fijarse en la caída estrepitosa del apoyo popular al socialismo. Del miedo a la efusividad, así pasaron Bonfatti y compañía.
Lo de Rossi, por caso, entró en el esquema de lo previsible. Ya lo dijimos también acá. El legislador santafesino podrá ser bueno, regular o malo como político y/o candidato, pero es ‘un soldado leal a la causa K’. Y así se lanzó al suicidio político, defendiendo a rajatabla lo que su ideología le dice e insistiendo en la pelea contra los grandes lugartenientes rurales que buscaron (con bastante éxito, vale reconocerlo) enrostrar a la sociedad una ‘guerra contra el campo’ que no fue tal, ni tenía tales designios.
Tan lejano está lo que algunos marcan como ‘el desastroso resultado del gobierno de CFK en Santa Fe’, que ni siquiera se encargaron de recordar que María Eugenia Bielsa sacó 579 mil votos para lograr un escaño en el Congreso de Santa Fe como diputada, ni que el ‘kirchnerismo’ ganó en 11 de 19 departamentos, lo cual le permitirá al oficialismo nacional manejar ambas cámaras legislativas.
Es que Bonfatti, que supo ser derrotado y victorioso en cuestión de horas, deberá lidiar con un panorama complicado a nivel legislativo, donde acechan los que saben que los tiempos socialistas están casi terminados.
Números, realidades, esquemas y mapas que nadie, o pocos analizaron, y que definen claramente que casi el 60% de los santafesinos le dijo no a su actual gobierno. Y eso es todo un síntoma